Me lanzó dentro de la habitación sin mucha amabilidad. Me miró furioso, cerró la puerta y se cruzó de brazos.
— ¿Qué pretendías? —Regañó y golpeó a mi corazón. Estaba más que molesto, nunca lo había visto de esa manera.
—James, yo solo… quería disculparme por mi actitud de hace unas horas atrás, es todo —Sollocé.
— ¿Cómo diablos se te ocurre salir sola a estas horas de la noche? ¿Ah? —Se acercó hacia mí y me tomó de los brazos. Ahora entendía… supongo.
—Estaba dentro del edificio, no salí. Nada pudo haberme pasado —Me defendí.
—Tu no entiendes… ¡Pudo haberte pasado algo! —Exclamó furioso.—No grites, van a oírte y pueden suspendernos —Lo miré seria— lo admito y lo lamento… sé que no debí hacerlo, pero me sentía mal… además, no pasó nada, estate tranquilo ¿Okay? Después de todo tu me diste la confianza, dijiste que nada malo me sucedería —Hablé como vencedora. Eran buenos argumentos.
— ¿Eres tonta o qué? —Ok, eso me ofendió. Arqueé una ceja y fruncí el ceño. Me miró serio y luego suspiró. —Te amo ¿Si? Y no quiero que nada malo te suceda, si llegara a pasarte algo… yo… me muero —Apegó su frente a la mía y dejó descansar a sus manos que hacían presión en mis débiles brazos.
—Lo lamento… lo digo por lo de hace un rato… y por lo de ahora, no quería asustarte ni nada —Abrí mis ojos para encontrarme con los de él cerrados.
Tomo de mis manos y me acerco a su acolchonado, se dejo caer pesadamente y yo junto a él. Se quedó solo un par de minutos, seguramente esperando a que reconciliara el sueño. Sentía las frías yemas de sus dedos recorrer cada facción de mi rostro, mientras yo interpretaba el papel de estar en un profundo sueño.
Desperté con los débiles rayos de sol que se colaban por mi ventana. Estaba de ánimos, así que tomaría una relajante y larga ducha para un día escolar liviano. Al estar completamente lista, me senté frente al televisor y esperé a que Eloísa pasara por mí. Era la rutina de todos los días.
Pasaron ciertos minutos y mi amiga no daba señal, esperé un poco más… y más tarde, al darme cuenta de la hora, ya se me había hecho tarde. Tomé mi mochila, la cargué al hombro y salí hecha una bala por los pasillos.
Tenía que hablar seriamente con ella, la impuntualidad entre ambas no existía. Al llegar a la sala de clases, me encontré con todos, menos con ella… lo que me pareció extraño.
Tenía que hablar seriamente con ella, la impuntualidad entre ambas no existía. Al llegar a la sala de clases, me encontré con todos, menos con ella… lo que me pareció extraño.
— ¿Has visto a Eloísa? —Le pregunté a unos de mis compañeros… e igual que los otros, respondió con un seco “No” La mitad de las clases que ese día me correspondían, habían finalizado y al igual que a Eloísa, Paul también pasaba por un fantasma. Me apresuré en ir al cuarto de Paul antes de que las clases restantes comenzaran de nuevo. —Paul!—Llamé en la puerta tocando varias veces seguidas. Y nada… —James… —Volví a intentar. Al igual que anoche, me aventuré en abrir la puerta… y siendo una réplica de lo vivido, estaba abierta. —Maldición —Murmuré al encontrarme con la habitación vacía. Las cortinas aún estaban cerradas, por lo que el cuarto era iluminado por una luz tenue y débil. Me quedé en medio del silencioso cuarto, analizando cada detalle, daba el aspecto de estar abandonado… cosas tiradas por un lado, la ropa desorganizada… un mueble abajo. Realmente era extraño considerando que James siempre fue muy ordenado. Mies pies estaban a punto de guiarse hasta la puerta y marchar a clases, cuando un ruido parecido a un golpe chocó contra algún tipo de madera
Todos mis sentidos se congelaron, estando sumamente atentos a lo que sucedía. —Paul… Ya basta de bromas ¿Dónde estás? —Llamé una vez más mientras cerraba la puerta. Nadie respondió y el cuarto volvió a quedar en silencio. Quería salir de aquel cuarto, pero por alguna extraña razón me sentía obligada a quedarme ahí parada. Desesperada comencé a buscar mi celular en la mochila, encontré el número de Eloísa y marqué. A lo lejos escuché una extraña melodía sonando… una melodía tan familiar que podría reconocerla al instante… Mis ojos se abrieron al igual que mis labios, mi corazón comenzó a latir con rapidez y mis piernas temblaron. Era la molesta melodía que Eloísa tenía como tono de timbre… y se encontraba dentro del cuarto. Alejé el celular de mi oído y comencé a seguir la música. Mis pies se movían llenos de temor… hasta que frenaron frente a una puerta, el armario. Tragué saliva y guié mi mano hasta la fría manilla. Comencé a girarla y el maldito escalofrío que siempre me acompañaba hizo su presencia en todo mi cuerpo. Sin querer saber que era lo que me esperaba del otro lado, fui abriendo la puerta lentamente… y así aumentaba mi pulso cardiaco. Finalmente la puerta del armario estuvo abierta hasta el final… y al mirar hacia el suelo… mi celular cayó… mi mochila se resbaló y mis manos temblaron notoriamente tapando mi boca.
Continuara..
Que vi no puede ser ahí esta eloisa verdad??? Noo no puede ser por que??? T-T
ResponderEliminarMe voy al otro cap :D