martes, 24 de abril de 2012

Capitulo 9.


Presionó sus fríos labios en la húmeda piel de mi cuello, los entreabrió un poco en hincó sus dientes con delicadeza para luego rozar su lengua y finalmente alejarse.

Tengo que salir de aquí Murmuró dejándose caer a un lado del colchón y se sentó en este.

¡¿Qué?! Exclamé atónita sentándome a su lado cubriendo mi torso descubierto con las sábanas No te puedes ir ¡No puedes dejarme sola! Exclamé.

No te dejaré sola (TN)Susurró sin mirarme y tomando sus prendas de vestir.

¿Qué diablos haces? ¿A dónde piensas ir? Tomé de su brazo.

Escucha Se volteó para mirarme y clavó sus ojos hazel en los míos tengo que salir, solo necesito un poco de aire Cerró los ojos con fuerza y su cuerpo tembló.

¿Estás bien? Tomé su rostro entre mis manos estás temblando y aún sigues muy frío.

Tienes razón, quizás la circulación de mi sangre es mala Se soltó de mis manos y siguió vistiendo su anatomía.

No me dejó más que decir. Lo quedé mirando confundida, la verdad es que las cosas con James se habían vuelto un tanto extrañas desde que había asistido a la junta de John.
Salió de la carpa y me cubrí hasta la cabeza con sábanas. El ruido proveniente desde el exterior, animales nocturnos, ramas chocando con otras, el frío viento soplando con intensidad no eran señales de un buen sueño.

Desperté al sentir la helada piel de sus labios sobre mi mejilla. Mis parpados apenas se abrían, pero aún así hice el intento por despertarme del todo bien y dedicarle la mejor sonrisa de dormida que pudiera expresar.

Buenos días Susurré con la voz adormilada.

¿Cómo amaneciste? Preguntó con ternura acariciando mi cabello.

Bien Susurré Paul ¿Me podrías decir a donde fuiste anoche? Me levanté un poco para poder apreciarlo de un mejor ángulo.

A ni una parte, yo solo estaba un tanto mareado, necesitaba algo de aire Se explicó regalándome una amplia sonrisa. Arqueé una ceja un tanto insegura, la verdad era que no confiaba del todo en sus suaves palabras.   ¿Qué? Sonrió ¿No vas a creerme?

¿Necesitabas aire cuando en realidad parecías estar temblando de frío? Susurré.

Te dije que estaba un poco mareado Sus expresiones tiernas y relajadas se tornaron molestas.

Está bien Suspiré y dejé caer mi cuerpo en el acolchado.

Es mejor que volvamos. Posiblemente de día revisen el bosque Se levantó de nuestra cama y salió de la carpa.

Ok, si estaba sucediendo algo y lo peor de todo era que ocurría frente a mis ojos y yo no me daba cuenta.  Me vestí y salí de la carpa para ayudar a James a desarmar nuestro pequeño campamento. Gracias al cielo llegamos al edificio sin ni un problema, Paul me dejó en mi habitación y se despidió con un caluroso beso antes de marcharse.

A pesar de haber dormido toda la noche plácidamente, los ojos me pesaban y mis piernas parecían temblar. Estando a punto de correr a la cama y quedarme tranquila esterada sobre ella, la puerta sonó con desespero. Suspiré y me encaminé hasta el rectángulo de madera sin ánimos. Ahí estaba Eloísa.


Hola Sonrió y se escabulló dentro de mi cuarto antes de que la invitara a pasar.

Planeaba descansar Articulé con desagrado, la verdad que sus ánimos prendidos todo el tiempo el 100% me desesperaban.

Lo lamento, pero Necesito saber algo Me indicó con su índice y sonrió traviesa.

¿Qué quieres saber? Suspiré y apoyé mi espalda en la puerta.

Anoche ¿Dónde estuviste? Vine a visitarte de sorpresa y al darme cuenta de que no estabas tuve que cubrirte toda la noche Se cruzó de brazos y sonrió. ¿Qué se suponía que debía decirle? En un principio estaba decidida por contarle todo, pues era mi mejor amiga, pero por otro lado todo lo que le decían salía de su boca y esto era un tema delicado.

Yo solo salí Murmuré mirando hacia un lado.

No me vengas a mentir a mí, ya dime, estuviste con James ¿No es así? Que directa era.
Lo analicé por
tres segundo, creo.

Si Murmuré Pero solo salimos a contar las estrellas ¿No es romántico? Comenté con rapidez antes de que me lanzara un comentario sobre lo que ella pensaba.

¿Solo eso? Arqueó una ceja y noté el grado de decepción.

¿Qué diablos esperabas? Reí Solamente tenemos 19 años Sonreí de lo más natural.

A-BU-RRI-DO Sonrió y se puso de pie.Mi boca atravesó el suelo ¿Acaso esperaba algo más? Ok. Paso por mi lado y al abrir la puerta nos encontramos con la asesora de cuartos y su puño cerrado en alto, seguramente apunto de golpear la madera.

Es mejor que bajen a la sala. Ahora Habló con voz lúgubre.

¿Sucede algo? Pregunté con un frío presentimiento en el corazón. Asintió y luego se desapareció por el pasillo. Antes de partir tras ella, miré a Eloísa, cual rostro enseguida se tornó pálido.

jueves, 19 de abril de 2012

Capitulo 8.

Ese típico escalofrío nervioso recorrió cada rincón de mi cuerpo al sentir sus manos congeladas acopladas a la piel de mi cintura.

Tienes mal la circulación de la sangre Comenté sobre sus labios.
¿Qué que hablas? Cuestionó impaciente entreabriendo sus labios y con los ojos cerrados.

Siempre estás tan helado Acaricié su mejilla.
Pues hace frío.(TN)  ya no puedo resistirme Murmuró abriendo sus ojos con rapidez y analizando mi rostro.


Con suerte alcancé a enarcar una ceja cuando sus manos deseosas, me adjuntaron a su cuerpo con presión y solté un quejido. Enredé mis manos en su cabello y jalé de él para profundizar el apasionado beso, mientras que mis piernas se enredaban con las de él y así podíamos mantener la distancia corta.
Aún después de mil caricias bastante apasionadas que había tenido con Paul, en ni un momento las cosas pasaron a mayores, por lo que mis nervios en esta noche eran más del 100%. Su lengua estaba eufórica, extasiada, dentro de mi cavidad bucal. Iba de un lado a otro, declarándole la guerra en todo momento a la mía y yo por otra parte no me daba por vencida, pero de un modo siempre atinaba a perder.


Su cuerpo recostado a mi lado, de un momento a otro, estaba posicionado sobre mi anatomía. La presión que ejercía sobre mí, simplemente me enloquecía, la verdad era que James parecía estar más despierto que nunca y dispuesto a explorar todo lo que otros días habíamos detenido.
Ya enloquecida por querer sentir su piel cálida bajo las telas que la cubrían, tomé el borde de su oscuro polerón y antes de jalarlo hacia arriba, James estiró los brazos y esperó a que su prenda fuese quitada de su cuerpo. No había que demorar, o por lo menos era lo que mis hormonas revolucionadas con tanto juego pedían, por lo apenas su polera chocó contra una de las delgadas paredes de género de la tienda, tomé su polera y la deslicé hacia arriba con velocidad. Esperaba a que su piel estuviese cálida para recibirme, pero fue al contrario, mis manos acariciaron su triangular espalda de arriba hacia abajo sintiendo como cada vez más su piel se volvía hielo.

El sentir como mordía mis labios con desesperación, pero a la vez sin querer causar algún tipo de daño, me agitaba por completo por cada segundo que pasaba. Apurado, desesperado, comenzó a quitar mis pantalones de buzo. Finalmente, terminó por arrodillarse en el colchón para poder quitar del todo la prenda y me miró fuera de sí. Respiraba agitado, su pecho subía y bajaba en busca de aire, mientras que yo por poco llegaba el mismo estado y eso que aún comenzábamos. Sin volver a acoplar su cuerpo al mío, tomó de las separaciones de los botones en mi camisa y tiró fuertemente de ellas, dejando mi torso cubierto únicamente por el bracier. Me analizó con detención mientras que yo mordí mi labio inferior con nerviosismo al ver que su mirada se concentraba en una zona específica. Antes de que volviera a tocarme, fue más veloz y llevé mis manos apresuradas al broche de su pantalón. Cuando comenzaba a bajar el cierre lo miré directo a los ojos y él respondió con los suyos. Al estar desabrochado tomé el borde y lo bajé. Prontamente se encontraba cubierto únicamente por la ropa interior sobre mí, que por cierto, estaba en el mismo estado. En un momento, aún con desesperación, separó mis piernas y comenzó con una constante presión entre ellas logrando que ahogara más de mil gemidos dentro de su boca.

Sus extremidades tomaron de los breteles de mi bracier y los deslizaron impacientes hacia los lados para luego terminar por dejando la prenda a la altura de mi ombligo y poder retirarla con más facilidad. Sus labios se alejaron de los míos para analizarme.

Paul no hagas eso Susurré sin aire y lo miré de mal gusto. Me incomodaba.

Eres hermosa Susurró quitando mis brazos que cubrían mis pechos y los acomodó a cada lado de mi rostro.

Cerré los ojos, no podía estar mirándolo cuando analizaba mi torso completamente desnudo. Sentí que algo explotó dentro de mí, sentí a mi cuerpo arder cuando sus labios fríos rozaron la delicada piel de mis pechos. A mis pulmones ya no ingresaba oxigeno y comenzaba a ahogarme en el tremendo placer que James causaba en mí. Con fuerzas indescriptibles empujé a Paul hacia un lado y me subí sobre él para poder quitar ese apretado bóxer negro que me enloquecía. Me tiró hacia un lado y volvió a presionarme con su cuerpo. Tomó mi rostro entre sus manos y me miró directo a los ojos.

¿No No tienes miedo? Pronunció agitado y con seriedad. Lo miré confundida y luego rocé mis labios con los de él.

¿A que se supone que debería tenerle miedo? Interrogué acariciando su pecho.

A mi Articuló tiritando y se acercó con violencia a mis labios para atacarlos sin control. Enloquecido y desesperado recorrió todo mi cuerpo con sus manos, piernas, muslos, vientre pechos cada rincón de mi anatomía le pertenecía.

Luego de un tiempo largo, mis sentidos volvían a vivir y la sensación terrible del dolor intenso se esfumó, ahora solo sentía la gran adrenalina y el placer que él provocaba. Gemía sobre mis labios, tocándolos sin fuerzas y alejándose un poco para mirarme con los ojos entrecerrados. Finalmente cayó sobre mi pecho y ambos respiramos agitados en busca del aire que habíamos perdido. Sentí como temblando se alejó centímetros y abrí mis ojos para encontrarme con los suyos bastante abiertos. Había algo especial algo que no era de él, no sabía qué, pero lo sentía.

Paul Susurré con un hilo de voz. Su cuerpo temblaba y yo solo atinaba a analizar su rostro con detención; Sus ojos. Quizás solo era mi perdida imaginación, pero podía notar que sus profundos ojos hazel, estaban pintados por un  color oscuro. Tus ojos Murmuré sonriendo, lucía hermoso tus ojos están Suspiré. Entreabrió los labios y se acercó lentamente hasta el lado izquierdo de mi cuello.

Continuara...

Niñas.. ¡Gracias!(:

jueves, 12 de abril de 2012

Capitulo 7


Sin nada más que pensar, tomé una de mis mochilas más adecuadas para la salida y guardé lo que me fuese necesario. Debía estar preparada, por eso no vendría mal un par de vendas y otros utensilios de emergencia. Ropa bastante abrigada, pasar un día en la zona más húmeda del campus y en esta época del año no sería nada agradable.

Estaba más ansiosa que nunca, la verdad era que nunca me había imaginado acampando y menos con Paul. No era exactamente el tipo de chica que sale de paseo no más lejos que a tiendas comerciales, buenos estilistas y lujosos salones de bellezas.
El reloj marcaba la una de la madrugada y mis ojos estaban más abiertos que nunca esperando a James. Di vueltas por mi habitación recorriendo de extremo a extremo, esperando a que suaves golpes en la ventana señalaran que ya era hora. Me acerqué hasta una de las paredes jugando con mis manos y pronto me volteé para caminar ansiosa hasta el otro extremo, esta vez mi paso se detuvo en seco, al igual que mi corazón.

¡¿Paul?! Interrogué mirándolo asustada ¿Cómo?... ¿Cómo? ¿Cómo rayos hiciste? Balbuceé ¡Me matarás de un susto! Regañé mirándolo de mal gusto, algo que no me gustaba era que las personas aparecieran de un momento a otro.
Solo sonrió y me estiró los brazos, esperando a que corriera y me abalanzara sobre él supongo, pero no opté por cruzar mis brazos y arquear una ceja.
La ventana estaba entreabierta, pensé que la habías dejado así para mí Sonrió galán y movió sus dedos aún nos los brazos estirados hacia mí.
Suspiré y dejé que cada músculo de mi anatomía se relajara, habían quedado bastante rígidos en el momento que vi a Paul aparecer casi por obra de magia. Caminé con lentitud y dejé que sus fuertes brazos me acogieran.

Estaba muriendo por verte Susurré acariciando su pecho.

También yo Lo escuché murmurar para luego presionar sus labios en mi cráneo Ya es hora de irnos, revisé el campus, está más vacío que nunca Y decías que se pondrían drásticos Carcajeó y entrelazó sus dedos con los míos.
Cargó su gran mochila al hombro y tomó otro bolso alargado, lo que supuse que sería nuestro refugio esta noche. Salimos de la habitación por la ventana y nos escapamos por lo más sombrío del recinto estudiantil. Al incorporarnos en la húmeda zona rodeada de árboles enormes, musgo creciendo por todas partes, ramas crujiendo en el suelo, sonidos de animales nocturnos provocó el nacimiento de esa extraña sensación en mi corazón, miedo, nada más odiaba la oscuridad, pero qué más da si James es quien me arrastra por ella. Dejamos caer las cosas en un espacio vacío, no era mucho tampoco, peor lo suficiente espacioso para una carpa. Queriendo demostrar que sería de gran ayuda, me ofrecí para levantar la tienda, cosa que luego de un minuto de esfuerzo lo único que logré fue que una de mis hermosas uñas, barnizadas por un suave rosado, se quebrase.
¡Maldición! Bufé completamente frustrada mirando mi mano derecha con detención.

(TN) ¿Estás bien? Expresó con preocupación y se acercó para averiguar qué era lo que sucedía.

No, no nada Oculté mi mano detrás de mi espalda y le sonreí.

Ven, vamos muéstrame lo que escondes Me miró con obviedad y para rendirme, no hizo más que rozar sus labios con los míos y alejarse para sonreírme. Embobada y ya hipnotizada ante sus ojos, sonrisa y la demás perfección que presentaba, estiré mi mano frente a él, sin pensar que lo tomaría como algo insignificante, sabía que eso de las uñas no era un tema de interés para los muchachos.

¿Qué es lo que sucede? Preguntó tomando mi mano y revisándola con interés.

Es solo Balbuceé Mi uña Reí nerviosa. Me encontraría superficial, lo sé.

Oh Me miró y sonrió si quieres, puedo terminar la tienda y tu preparas algo de chocolate ¿Te parece? Está preparado en el termo Sonrió con ternura y acarició mi tibia mejilla con su siempre tan fría mano. Le sonreí a gusto y feliz corrí hacia el termo para encontrarme con dos tazones y llenarlos de ese exquisito líquido dulce. Luego de unos cuantos minutos, con agilidad James terminó por acabar la tienda y dejarla totalmente equipada con lo suficiente para dormir. Colchón y un montón de frazadas. Enseguida nos metimos dentro del refugio y la cerramos para poder alejar a la humedad y un poco al frío.
Ten Le estiré la taza con chocolate. Quedó observando el tazón sin ánimos y luego lo cogió entre sus manos. Lo preparaste muy bien Comenté mientras tomaba un sorbo de este.

Es lo único que puedo hacer en cuanto alimentos Rió divertido y dejó su tasa competa a un lado.

  ¿Qué? ¿No vas a beber ni un poco? Lo miré confusa, siempre había amado el chocolate caliente.

Yo no tengo no me apetece tomar Me sonrió nervioso y desvió la vista. Aún sin comprender su actitud terminé mi tazón gustosa, mantenía a mi cuerpo con la temperatura a nivel medio y a la vez lograba estar más despierta.

Definitivamente tienes el don para preparar esto Comenté entretenida y lo dejé junto a su tasa aún llena.

Gracias sabía que te gustaría, deberías beberlo todo pues mañana por la mañana ya estará Lo interrumpí osando mi dedo índice en sus labios.

Necesito probar otra cosa Susurré acercándome, lo suficiente para enfrentarlo a los ojos y por poco tocar sus labios. Me miró serio, nervioso, desconcentrado. Noté como tragó saliva y luego sonrió.
-Yo yo no traje yo Tartamudeó seguido para luego posar sus manos en mi cintura.

Tus labios Mordí el inferior mío y acaricié su mejilla. Sin besarme, lentamente me fue empujando para quedar recostada sobre el colchón.

Será mejor que nos cubramos con las sábanas Susurró sobre mis labios Morirás de frío. Sentí la acumulación de sangre en mis mejillas... el solo sonrió y tomó mi rostro para besarme con dulzura y fervor en los labios. Mis manos se arrastraron desde su espalda hasta poder enredar mis dedos en el nacimiento de sus perfectos lacios en su nuca. Antes de seguir besándonos y que la velocidad aumentase, tiramos las mil sábanas hacia atrás y nos refugiamos entre ellas. Tu piel, tus labios, tus ojos, su sonrisa tu piel Susurró con la respiración agitada sobre mis labios.

Continuara...