jueves, 12 de abril de 2012

Capitulo 7


Sin nada más que pensar, tomé una de mis mochilas más adecuadas para la salida y guardé lo que me fuese necesario. Debía estar preparada, por eso no vendría mal un par de vendas y otros utensilios de emergencia. Ropa bastante abrigada, pasar un día en la zona más húmeda del campus y en esta época del año no sería nada agradable.

Estaba más ansiosa que nunca, la verdad era que nunca me había imaginado acampando y menos con Paul. No era exactamente el tipo de chica que sale de paseo no más lejos que a tiendas comerciales, buenos estilistas y lujosos salones de bellezas.
El reloj marcaba la una de la madrugada y mis ojos estaban más abiertos que nunca esperando a James. Di vueltas por mi habitación recorriendo de extremo a extremo, esperando a que suaves golpes en la ventana señalaran que ya era hora. Me acerqué hasta una de las paredes jugando con mis manos y pronto me volteé para caminar ansiosa hasta el otro extremo, esta vez mi paso se detuvo en seco, al igual que mi corazón.

¡¿Paul?! Interrogué mirándolo asustada ¿Cómo?... ¿Cómo? ¿Cómo rayos hiciste? Balbuceé ¡Me matarás de un susto! Regañé mirándolo de mal gusto, algo que no me gustaba era que las personas aparecieran de un momento a otro.
Solo sonrió y me estiró los brazos, esperando a que corriera y me abalanzara sobre él supongo, pero no opté por cruzar mis brazos y arquear una ceja.
La ventana estaba entreabierta, pensé que la habías dejado así para mí Sonrió galán y movió sus dedos aún nos los brazos estirados hacia mí.
Suspiré y dejé que cada músculo de mi anatomía se relajara, habían quedado bastante rígidos en el momento que vi a Paul aparecer casi por obra de magia. Caminé con lentitud y dejé que sus fuertes brazos me acogieran.

Estaba muriendo por verte Susurré acariciando su pecho.

También yo Lo escuché murmurar para luego presionar sus labios en mi cráneo Ya es hora de irnos, revisé el campus, está más vacío que nunca Y decías que se pondrían drásticos Carcajeó y entrelazó sus dedos con los míos.
Cargó su gran mochila al hombro y tomó otro bolso alargado, lo que supuse que sería nuestro refugio esta noche. Salimos de la habitación por la ventana y nos escapamos por lo más sombrío del recinto estudiantil. Al incorporarnos en la húmeda zona rodeada de árboles enormes, musgo creciendo por todas partes, ramas crujiendo en el suelo, sonidos de animales nocturnos provocó el nacimiento de esa extraña sensación en mi corazón, miedo, nada más odiaba la oscuridad, pero qué más da si James es quien me arrastra por ella. Dejamos caer las cosas en un espacio vacío, no era mucho tampoco, peor lo suficiente espacioso para una carpa. Queriendo demostrar que sería de gran ayuda, me ofrecí para levantar la tienda, cosa que luego de un minuto de esfuerzo lo único que logré fue que una de mis hermosas uñas, barnizadas por un suave rosado, se quebrase.
¡Maldición! Bufé completamente frustrada mirando mi mano derecha con detención.

(TN) ¿Estás bien? Expresó con preocupación y se acercó para averiguar qué era lo que sucedía.

No, no nada Oculté mi mano detrás de mi espalda y le sonreí.

Ven, vamos muéstrame lo que escondes Me miró con obviedad y para rendirme, no hizo más que rozar sus labios con los míos y alejarse para sonreírme. Embobada y ya hipnotizada ante sus ojos, sonrisa y la demás perfección que presentaba, estiré mi mano frente a él, sin pensar que lo tomaría como algo insignificante, sabía que eso de las uñas no era un tema de interés para los muchachos.

¿Qué es lo que sucede? Preguntó tomando mi mano y revisándola con interés.

Es solo Balbuceé Mi uña Reí nerviosa. Me encontraría superficial, lo sé.

Oh Me miró y sonrió si quieres, puedo terminar la tienda y tu preparas algo de chocolate ¿Te parece? Está preparado en el termo Sonrió con ternura y acarició mi tibia mejilla con su siempre tan fría mano. Le sonreí a gusto y feliz corrí hacia el termo para encontrarme con dos tazones y llenarlos de ese exquisito líquido dulce. Luego de unos cuantos minutos, con agilidad James terminó por acabar la tienda y dejarla totalmente equipada con lo suficiente para dormir. Colchón y un montón de frazadas. Enseguida nos metimos dentro del refugio y la cerramos para poder alejar a la humedad y un poco al frío.
Ten Le estiré la taza con chocolate. Quedó observando el tazón sin ánimos y luego lo cogió entre sus manos. Lo preparaste muy bien Comenté mientras tomaba un sorbo de este.

Es lo único que puedo hacer en cuanto alimentos Rió divertido y dejó su tasa competa a un lado.

  ¿Qué? ¿No vas a beber ni un poco? Lo miré confusa, siempre había amado el chocolate caliente.

Yo no tengo no me apetece tomar Me sonrió nervioso y desvió la vista. Aún sin comprender su actitud terminé mi tazón gustosa, mantenía a mi cuerpo con la temperatura a nivel medio y a la vez lograba estar más despierta.

Definitivamente tienes el don para preparar esto Comenté entretenida y lo dejé junto a su tasa aún llena.

Gracias sabía que te gustaría, deberías beberlo todo pues mañana por la mañana ya estará Lo interrumpí osando mi dedo índice en sus labios.

Necesito probar otra cosa Susurré acercándome, lo suficiente para enfrentarlo a los ojos y por poco tocar sus labios. Me miró serio, nervioso, desconcentrado. Noté como tragó saliva y luego sonrió.
-Yo yo no traje yo Tartamudeó seguido para luego posar sus manos en mi cintura.

Tus labios Mordí el inferior mío y acaricié su mejilla. Sin besarme, lentamente me fue empujando para quedar recostada sobre el colchón.

Será mejor que nos cubramos con las sábanas Susurró sobre mis labios Morirás de frío. Sentí la acumulación de sangre en mis mejillas... el solo sonrió y tomó mi rostro para besarme con dulzura y fervor en los labios. Mis manos se arrastraron desde su espalda hasta poder enredar mis dedos en el nacimiento de sus perfectos lacios en su nuca. Antes de seguir besándonos y que la velocidad aumentase, tiramos las mil sábanas hacia atrás y nos refugiamos entre ellas. Tu piel, tus labios, tus ojos, su sonrisa tu piel Susurró con la respiración agitada sobre mis labios.

Continuara...

3 comentarios: