jueves, 19 de abril de 2012

Capitulo 8.

Ese típico escalofrío nervioso recorrió cada rincón de mi cuerpo al sentir sus manos congeladas acopladas a la piel de mi cintura.

Tienes mal la circulación de la sangre Comenté sobre sus labios.
¿Qué que hablas? Cuestionó impaciente entreabriendo sus labios y con los ojos cerrados.

Siempre estás tan helado Acaricié su mejilla.
Pues hace frío.(TN)  ya no puedo resistirme Murmuró abriendo sus ojos con rapidez y analizando mi rostro.


Con suerte alcancé a enarcar una ceja cuando sus manos deseosas, me adjuntaron a su cuerpo con presión y solté un quejido. Enredé mis manos en su cabello y jalé de él para profundizar el apasionado beso, mientras que mis piernas se enredaban con las de él y así podíamos mantener la distancia corta.
Aún después de mil caricias bastante apasionadas que había tenido con Paul, en ni un momento las cosas pasaron a mayores, por lo que mis nervios en esta noche eran más del 100%. Su lengua estaba eufórica, extasiada, dentro de mi cavidad bucal. Iba de un lado a otro, declarándole la guerra en todo momento a la mía y yo por otra parte no me daba por vencida, pero de un modo siempre atinaba a perder.


Su cuerpo recostado a mi lado, de un momento a otro, estaba posicionado sobre mi anatomía. La presión que ejercía sobre mí, simplemente me enloquecía, la verdad era que James parecía estar más despierto que nunca y dispuesto a explorar todo lo que otros días habíamos detenido.
Ya enloquecida por querer sentir su piel cálida bajo las telas que la cubrían, tomé el borde de su oscuro polerón y antes de jalarlo hacia arriba, James estiró los brazos y esperó a que su prenda fuese quitada de su cuerpo. No había que demorar, o por lo menos era lo que mis hormonas revolucionadas con tanto juego pedían, por lo apenas su polera chocó contra una de las delgadas paredes de género de la tienda, tomé su polera y la deslicé hacia arriba con velocidad. Esperaba a que su piel estuviese cálida para recibirme, pero fue al contrario, mis manos acariciaron su triangular espalda de arriba hacia abajo sintiendo como cada vez más su piel se volvía hielo.

El sentir como mordía mis labios con desesperación, pero a la vez sin querer causar algún tipo de daño, me agitaba por completo por cada segundo que pasaba. Apurado, desesperado, comenzó a quitar mis pantalones de buzo. Finalmente, terminó por arrodillarse en el colchón para poder quitar del todo la prenda y me miró fuera de sí. Respiraba agitado, su pecho subía y bajaba en busca de aire, mientras que yo por poco llegaba el mismo estado y eso que aún comenzábamos. Sin volver a acoplar su cuerpo al mío, tomó de las separaciones de los botones en mi camisa y tiró fuertemente de ellas, dejando mi torso cubierto únicamente por el bracier. Me analizó con detención mientras que yo mordí mi labio inferior con nerviosismo al ver que su mirada se concentraba en una zona específica. Antes de que volviera a tocarme, fue más veloz y llevé mis manos apresuradas al broche de su pantalón. Cuando comenzaba a bajar el cierre lo miré directo a los ojos y él respondió con los suyos. Al estar desabrochado tomé el borde y lo bajé. Prontamente se encontraba cubierto únicamente por la ropa interior sobre mí, que por cierto, estaba en el mismo estado. En un momento, aún con desesperación, separó mis piernas y comenzó con una constante presión entre ellas logrando que ahogara más de mil gemidos dentro de su boca.

Sus extremidades tomaron de los breteles de mi bracier y los deslizaron impacientes hacia los lados para luego terminar por dejando la prenda a la altura de mi ombligo y poder retirarla con más facilidad. Sus labios se alejaron de los míos para analizarme.

Paul no hagas eso Susurré sin aire y lo miré de mal gusto. Me incomodaba.

Eres hermosa Susurró quitando mis brazos que cubrían mis pechos y los acomodó a cada lado de mi rostro.

Cerré los ojos, no podía estar mirándolo cuando analizaba mi torso completamente desnudo. Sentí que algo explotó dentro de mí, sentí a mi cuerpo arder cuando sus labios fríos rozaron la delicada piel de mis pechos. A mis pulmones ya no ingresaba oxigeno y comenzaba a ahogarme en el tremendo placer que James causaba en mí. Con fuerzas indescriptibles empujé a Paul hacia un lado y me subí sobre él para poder quitar ese apretado bóxer negro que me enloquecía. Me tiró hacia un lado y volvió a presionarme con su cuerpo. Tomó mi rostro entre sus manos y me miró directo a los ojos.

¿No No tienes miedo? Pronunció agitado y con seriedad. Lo miré confundida y luego rocé mis labios con los de él.

¿A que se supone que debería tenerle miedo? Interrogué acariciando su pecho.

A mi Articuló tiritando y se acercó con violencia a mis labios para atacarlos sin control. Enloquecido y desesperado recorrió todo mi cuerpo con sus manos, piernas, muslos, vientre pechos cada rincón de mi anatomía le pertenecía.

Luego de un tiempo largo, mis sentidos volvían a vivir y la sensación terrible del dolor intenso se esfumó, ahora solo sentía la gran adrenalina y el placer que él provocaba. Gemía sobre mis labios, tocándolos sin fuerzas y alejándose un poco para mirarme con los ojos entrecerrados. Finalmente cayó sobre mi pecho y ambos respiramos agitados en busca del aire que habíamos perdido. Sentí como temblando se alejó centímetros y abrí mis ojos para encontrarme con los suyos bastante abiertos. Había algo especial algo que no era de él, no sabía qué, pero lo sentía.

Paul Susurré con un hilo de voz. Su cuerpo temblaba y yo solo atinaba a analizar su rostro con detención; Sus ojos. Quizás solo era mi perdida imaginación, pero podía notar que sus profundos ojos hazel, estaban pintados por un  color oscuro. Tus ojos Murmuré sonriendo, lucía hermoso tus ojos están Suspiré. Entreabrió los labios y se acercó lentamente hasta el lado izquierdo de mi cuello.

Continuara...

Niñas.. ¡Gracias!(:

3 comentarios: