-Nosotros… -John no
lograba inventar algo. Suspiré.
-George… -No. Yo no iba
a mentirle.- Nosotros estábamos hablando… Bueno sí un poco… La verdad es que no
sabemos qué hacer -John no lograba entender.- Lo que hacíamos… Sé lo que va a
pasar si todos se enteran
-¿Si se enteran de qué?
-Preguntó el interrogador.
-Que… que, nosotros -Iba
tan bien.
-Si se enteran de lo que sentimos -respondió John.- Si se enteran de que nos amamos y no como
primos -me tomó la mano.
-¿Qué?...
-Bueno, George, querías
saber -Yo no decía nada.
-Ok, ustedes están mal,
es solo por el momento
-No, es enserio. Amo a Nayeli.
-John, eres un niño
-George, no lo soy.
Tengo muy claro lo que siento -mi primo mayor suspiró profundamente y no
respondió. Cerró los ojos por un rato.
Miraba desesperada a Winston.
Estaba aterrada, ya veía que George se levantaba de la cama y salía a contarles
a todos. Ya me veía en el auto junto a mi mamá de vuelta a casa.
-Ok, esto no es muy
normal, pero si es lo que sienten no puedo decirles que no lo sientan -suspiró
y frunció el ceño.- supongo que tendré que apoyar a mi hermano y a mi… prima
-odio esa palabra.- favorita -sonrió un poco y me abrazó.- no quiero verte
sufrir por este -apuntó a John y yo asentí con mi cabeza.- John… ¿Y Anna?
-Yo… no lo sé, si la
dejo quizá sospechen más de nosotros. Aun que si quiero terminar con ella, no
es justo para Nayeli y para ella tampoco.
-Creo que debes esperar
un poco, pero no mucho. Tienen que acostumbrarse a tener su relación algo
oculta.
Genial, George dándonos
consejos para continuar con lo nuestro. Sí, debo reconocer que me pone feliz el
que lo acepté, pero pasé un susto horrible con todo esto.
-Gracias, hermano
-George me soltó para abrazar a John.
Esa escena era de lo más
linda. Realmente George era un chico genial, sí, por un momento pensé que era
un especie de monstruo que no me iba a dejar ser feliz con John.
-De nada -beso mi
frente.- los dejo, iré a mi habitación.
Cerró la puerta y me
deje envolver por los brazos de John. En aquellos brazos en los que a pesar de
estar haciendo algo que no era correcto me sentía segura, pero por sobretodo
querida. Me dio un beso en los labios y luego se alejo un poco.
-Te ves cansada,
pequeña, preferiría que durmieras.
-Dijiste que saldríamos
-Oh, sí… pero no
importa, lo dejamos para mañana.
-Bueno, de todas formas
quiero esperar a Paul.
-¿le contaras a él
también?
-Debería, es mi mejor
amigo, pero no. Él me tiene que contar algo.
-Seguro puede esperar a
mañana, ¿descansa sí?
-Ok, si llega dile que
venga y si estoy dormida que me despierte.
-Lo ultimo no sé, pero
le diré que venga -sonrió y deposito uno de sus dulces besos en mis labios.
-No me dejes sola, por
favor -lo abracé y apoyé mi cabeza en su pecho.
-¿Qué pasa?
-No me siento bien -una
lágrima se deslizo por mi mejilla.
Posó sus labios sobre mi
cabeza y luego se alejo un par de centímetros para luego tomar mi mejilla y
hacer que lo mirara.
-¿Por qué lloras? -me
encogí de hombros.- ¿Cómo no lo vas a saber? -Me abrazo de nuevo
-Tengo miedo
-¿De qué? Ten por seguro
que George no dirá nada
-No es eso. John, te hice una promesa que no sé si
la podré cumplir. Mi mamá puede volver por mí y yo no puedo hacer nada para
impedir que me lleve. Yo no me quiero alejar de ti -suspiró profundamente,
igual que yo.
-No te irás, sé que no
te irás. Algo harás para que tu mamá no te lleve, yo no podré meterme sino, van
a saber todo muy rápido -nos miramos un rato, mientras el secaba las lagrimas
que se encontraban en mis mejillas.- Te amo.
-Igual yo.
Sus labios se acercaron
más a los míos, los cuales en un movimiento rápido lograron que se encontraran.
El beso era suave, dulce, como sus labios. Solo él sabía proporcionar los más
perfectos besos en este mundo.
-John –suspiró.- lo
siento
-George… ¿Qué pasa?
-Llego Paul, se encerró
en su habitación. Estaba algo mal.
-Yo quiero hablar con
él, yo sé lo que puede pasar -dije.
-Ok, intenta que te abra
la puerta -suspiró George.- Chicos, esto es raro. Ahora me sentiré incomodo con
ustedes -masculló.
-Luego hablamos de tus
incomodidades George, voy a ver a Paul.
Golpee un par de veces
la puerta, hasta que el chico gritó que lo dejaran en paz desde el otro lado de
la puerta. No lo haría.
-Paul, soy Nayeli.
Sentí como se acercaban
cada vez más los pasos, como el pestillo hacia ruido al girar hasta dar paso a
abrir la puerta y ver la imagen de James con los ojos algo hinchados.
-¿Maggie, ella fue?
-Sí –suspiró.- pasa.
Entramos y el chico se
tiró sobre su cama, yo me senté en la orilla de esta.
-Terminé con Rachel, que
no se lo tomó nada de bien, me pidió que la dejara sola y así lo hice Volví a
su casa, para hablar con Maggie –suspiró.- Me dijo que como se me ocurría dejar
a Rachel, que ella no estaría jamás conmigo porque no le haría eso a su
hermana, que volviera con Rachel. En el fondo tiene razón, no puede salir con
el ex de su hermana ¿no? Es tan distinta a Rachel, ella hubiera dicho ; si, claro… seamos novios… pero Maggie no…
¡La amo!
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