miércoles, 11 de julio de 2012

Capitulo 5.


Pensé que ya era hora de prestarle atención a lo que su perfecta novia hablaba, pero cada vez se tornaba más complicado. Siempre que levantaba mi rostro para poder apreciar a cada uno de los integrantes que compartía en la mesa, me encontraba con la constante y profunda mirada de mi primo. John.

Se le hizo fácil incomodarme y a la vez cohibirme. La pregunta era ¿Por qué lo hacía? Ahora temía de mi salida junto a él. 

Mis nervios, sin dejarme en pensar en alguna otra cosa que me distrajera, lograron hacer del almuerzo el más veloz que había podido tener. 

Leah comenzó a levantar los platos de la mesa mientras todos se retiraban de ella, menos yo. Mi simple propósito era ayudarla con los quehaceres del hogar. Se negó, pero insistí las veces necesarias hasta lograr convencerla. 

Entré a la cocina y me preparé para lavar los platos. Me puse enfrente del lavaplatos y vi a Leah salir hacia el patio trasero. 

Suspiré tratando de enfrentar al nerviosismo que recorría cada lugar de mi cuerpo. Cerré mis ojos y antes de comenzar a lavar plato por plato cargué mi anatomía en mis manos apoyadas en el mueble. Me encontraba en un estado de relajación, solía hacerlo cuando cosas parecidas a esto solían suceder. Pronto ese estado se esfumó al sentir unas grandes manos en mi cintura y al parecer un fuerte torso acoplado con mi espalda. Pegué un salto y me volteé. Fue peor.

-¿Qué, que es lo que haces?  -A mi voz parecía faltarle aliento al sentirlo tan cerca.
-Ya vamos. Mamá terminará  -Articuló en un dulce susurro. 

Mi corazón latía intensamente sin calmar el ritmo en algún momento, incluso cuando Winston se alejó. Extendió un brazo hacia arriba y se me acercó para aventurarlo a cruzar por mi espalda y sujetar su mano en mi hombro.

- ¡Mamá, Nayeli y yo ya vamos! -Me cubrió cuando ya salíamos de la cocina. 

Anna se puso de pie en el instante en que su mirada se fijó calmada en nosotros, como había dicho anteriormente, éramos solamente primos. 

La chica se despidió de todos los presentes y luego salimos al exterior de la casa, sin antes tener la advertencia de mi primo mayor de que a la vuelta le tocaba una salida conmigo. 
Al parecer John tenía las cosas ya planeadas. Lo primero fue el camino a casa de Anna. 

Me quedé pasos atrás de ellos, dejándolos a solas para que se despidieran con tranquilidad. Pronto los vi besarse, algo que causó una completa desesperación dentro de mí, como me hubiese gustado ir hacia ellos y separarlos con violencia, ok, son cosas que no haría. 

Ambos agitaron las manos en señal de despedida, ella entró a la casa y nuevamente estaba ahogándome de los nervios.  Caminamos en silencio, lo suficiente para no ver detrás de nosotros la casa de su novia. 

-Así que ¿Esperas a que esta salida sea mejor que la de Paul? -Preguntó cuando me notó distraída. 
-¿De qué hablas?  -Sonreí y lo miré.
-No lo sé, se me ocurrió preguntar, pero si es un sí, podría intentarlo -Sonrió y ocultó sus manos en los bolsillos.

Miré el suelo y sonreí. Si solo él supiera que lograría hacerlo con un acto tan simple como sentir sus rojos labios sobre los míos. Bueno, no tan simple.

-Entonces,  ¿Es un sí? —-Me parece que le gustaba hacerme sentir mal.-No espero nada, solo quiero recuperar tiempo perdido con mis primos -Lo miré.

Su expresión alegre, esa sonrisa, desaparecieron de un instante.

Durante un tiempo no volvió a preguntar nada más y yo tampoco volví a hablar, era un silencio apacible
Su andar me guiaba por lugares que ya había olvidado y que disfrutaba volver a verlos. No sé cómo ni cuándo, pero pronto me di cuenta de que avanzábamos por un callejón con la salida a lo lejos. Ya estaba oscuro y lo alumbraba pequeños faroles con muy poca intensidad de luz. 

- ¿Dónde estamos? —-Pregunté deteniendo el paso- ¿Qué hora es? Está oscuro.
-Tranquila, volvemos a casa por un camino diferente, nada más -Me miró serio.

Iba a empezar con el caminar una vez más, pero su actuar fue más veloz. Sus manos se apropiaron de mis brazos con tranquilidad y me apoyó en la fría pared de cemento.

-¿Por qué? -Preguntó. Me parecía sin sentido.
-¿Por qué, Qué? —-Pregunté confundida.
-¿Cuál es tu segundo apellido?  -El interrogatorio aún no llegaba a su fin. 
-Bloom -Dije con frialdad y sin quitar mis ojos de los suyos.





Al escuchar mi respuesta su mirada se tornó desesperada, o eso es lo que creí. 

-Mientes -Articuló calmado sin quitar sus manos de mis brazos.
-¿Por qué lo haría? Mamá es hermana de tu papá -Expliqué.
-Escucha. Llegas un día sin avisar a las dos de la madrugada, no te recuerdo y ahora me obligan a que me acuerde de ti por el simple hecho de que tuvimos una feliz infancia, una de las peores cosas es que apenas te abrí la puerta halla sentido la necesidad, y no tengo idea porqué, de besarte y lo peor de todo…  es que somos familia—-Me observaba desesperado y hablaba con rapidez. 

Mis ojos estaban como platos, esto era increíble.

-¿Querías besarme? —-Pregunté temblorosa. El solo asintió- Entonces hazlo -Susurré.

Me miró asombrado y a la vez confundido. 

Llevó una de sus manos a mi cintura y me miró nervioso. Suspiré y luego de segundos, sentí sus labios, dulces como esperaba, sobre los míos. Acoplándose de a poco, pues la timidez se apoderaba de ambos, sentía como los rozaba y luego volvía a juntarlos haciendo una presión delicada. 

Se separó de mí para analizarme con ternura. No hallábamos las palabras para explicarlo, solo un beso, nuevamente, lo haría. 

Ahora con más confianza, sentí como la presión que hacía en mi cuerpo iba aumentando. Mis brazos reptaron con tranquilidad hasta su cuello y así lo atraparon para poder aumentar la intensidad del beso. 
Sinceramente, me encantaba, me enloquecía poder devorar sus labios luego de haberlo querido durante mi estabilidad en la casa, o sea, hace muy poco.





1 comentario:

  1. Wow woow wow No inventes que te fumas??? todos tus capítulos están geniales te mereces el premio novel de la literatura ....


    Me parece que aquí ahí gato encerrado tendré que descubrirlo en el próximo cap ¬¬ Chan Chan CHAN CHAN :D

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