Pensé que ya era hora de
prestarle atención a lo que su perfecta novia hablaba, pero cada vez se tornaba más
complicado. Siempre que levantaba mi rostro para poder apreciar a cada uno de
los integrantes que compartía en la mesa, me encontraba con la constante y
profunda mirada de mi primo. John.
Se le hizo fácil
incomodarme y a la vez cohibirme. La pregunta era ¿Por qué lo hacía? Ahora
temía de mi salida junto a él.
Mis nervios, sin dejarme en
pensar en alguna otra cosa que me distrajera, lograron hacer del almuerzo el
más veloz que había podido tener.
Leah comenzó a levantar los
platos de la mesa mientras todos se retiraban de ella, menos yo. Mi simple
propósito era ayudarla con los quehaceres del hogar. Se negó, pero insistí las
veces necesarias hasta lograr convencerla.
Entré a la cocina y me
preparé para lavar los platos. Me puse enfrente del lavaplatos y vi a Leah
salir hacia el patio trasero.
Suspiré tratando de
enfrentar al nerviosismo que recorría cada lugar de mi cuerpo. Cerré mis ojos y
antes de comenzar a lavar plato por plato cargué mi anatomía en mis manos
apoyadas en el mueble. Me
encontraba en un estado de relajación, solía hacerlo cuando cosas parecidas a
esto solían suceder. Pronto ese estado se esfumó al sentir unas grandes manos
en mi cintura y al parecer un fuerte torso acoplado con mi espalda. Pegué un
salto y me volteé. Fue peor.
-¿Qué,
que es lo que haces? -A mi voz
parecía faltarle aliento al sentirlo tan cerca.
-Ya vamos. Mamá terminará -Articuló en un dulce susurro.
-Ya vamos. Mamá terminará -Articuló en un dulce susurro.
Mi corazón latía
intensamente sin calmar el ritmo en algún momento, incluso cuando Winston se
alejó. Extendió un brazo hacia
arriba y se me acercó para aventurarlo a cruzar por mi espalda y sujetar su
mano en mi hombro.
- ¡Mamá, Nayeli
y yo ya vamos! -Me cubrió cuando ya salíamos de la cocina.
Anna se puso de pie en el
instante en que su mirada se fijó calmada en nosotros, como había dicho
anteriormente, éramos solamente primos.
La chica se despidió de
todos los presentes y luego salimos al exterior de la casa, sin antes tener la
advertencia de mi primo mayor de que a la vuelta le tocaba una salida conmigo.
Al parecer John tenía las cosas ya planeadas. Lo primero fue el camino a casa de Anna.
Al parecer John tenía las cosas ya planeadas. Lo primero fue el camino a casa de Anna.
Me quedé pasos atrás de
ellos, dejándolos a solas para que se despidieran con tranquilidad. Pronto los
vi besarse, algo que causó una completa desesperación dentro de mí, como me
hubiese gustado ir hacia ellos y separarlos con violencia, ok, son cosas que no
haría.
Ambos agitaron las manos en
señal de despedida, ella entró a la casa y nuevamente estaba ahogándome de los
nervios.
Caminamos en silencio, lo suficiente para no
ver detrás de nosotros la casa de su novia.
-Así que ¿Esperas a que esta salida sea mejor que la
de Paul? -Preguntó cuando me
notó distraída.
-¿De qué hablas? -Sonreí y lo miré.
-No lo sé, se me ocurrió preguntar, pero si es un sí, podría intentarlo -Sonrió y ocultó sus manos en los bolsillos.
-¿De qué hablas? -Sonreí y lo miré.
-No lo sé, se me ocurrió preguntar, pero si es un sí, podría intentarlo -Sonrió y ocultó sus manos en los bolsillos.
Miré el suelo y sonreí. Si
solo él supiera que lograría hacerlo con un acto tan simple como sentir sus
rojos labios sobre los míos. Bueno, no tan simple.
-Entonces, ¿Es un sí? -Me parece que le gustaba hacerme
sentir mal.-No espero
nada, solo quiero recuperar tiempo perdido con mis primos -Lo miré.
Su expresión alegre, esa
sonrisa, desaparecieron de un instante.
Durante un tiempo
no volvió a preguntar nada más y yo tampoco volví a hablar, era un silencio apacible
Su andar me guiaba por
lugares que ya había olvidado y que disfrutaba volver a verlos. No sé cómo ni cuándo,
pero pronto me di cuenta de que avanzábamos por un callejón con la salida a lo
lejos. Ya estaba oscuro y lo alumbraba pequeños faroles con muy poca intensidad
de luz.
- ¿Dónde estamos? -Pregunté deteniendo el paso- ¿Qué hora es? Está oscuro.
-Tranquila, volvemos a casa por un camino diferente, nada más -Me miró serio.
-Tranquila, volvemos a casa por un camino diferente, nada más -Me miró serio.
Iba a empezar con el
caminar una vez más, pero su actuar fue más veloz. Sus manos se apropiaron de
mis brazos con tranquilidad y me apoyó en la fría pared de cemento.
-¿Por qué? -Preguntó. Me parecía sin
sentido.
-¿Por qué, Qué? -Pregunté confundida.
-¿Cuál es tu segundo apellido? -El interrogatorio aún no llegaba a su fin.
-Bloom -Dije con frialdad y sin quitar mis ojos de los suyos.
-¿Por qué, Qué? -Pregunté confundida.
-¿Cuál es tu segundo apellido? -El interrogatorio aún no llegaba a su fin.
-Bloom -Dije con frialdad y sin quitar mis ojos de los suyos.
Al escuchar mi respuesta su
mirada se tornó desesperada, o eso es lo que creí.
-Mientes -Articuló calmado sin quitar
sus manos de mis brazos.
-¿Por qué lo haría? Mamá es hermana de tu papá -Expliqué.
-Escucha. Llegas un día sin avisar a las dos de la madrugada, no te recuerdo y ahora me obligan a que me acuerde de ti por el simple hecho de que tuvimos una feliz infancia, una de las peores cosas es que apenas te abrí la puerta halla sentido la necesidad, y no tengo idea porqué, de besarte… y lo peor de todo… es que somos familia-Me observaba desesperado y hablaba con rapidez.
-¿Por qué lo haría? Mamá es hermana de tu papá -Expliqué.
-Escucha. Llegas un día sin avisar a las dos de la madrugada, no te recuerdo y ahora me obligan a que me acuerde de ti por el simple hecho de que tuvimos una feliz infancia, una de las peores cosas es que apenas te abrí la puerta halla sentido la necesidad, y no tengo idea porqué, de besarte… y lo peor de todo… es que somos familia-Me observaba desesperado y hablaba con rapidez.
Mis ojos estaban como
platos, esto era increíble.
-¿Querías besarme? -Pregunté
temblorosa. El solo asintió- Entonces hazlo -Susurré.
Me miró asombrado y
a la vez confundido.
Llevó una de sus
manos a mi cintura y me miró nervioso. Suspiré y luego de segundos, sentí sus
labios, dulces como esperaba, sobre los míos. Acoplándose de a poco, pues la
timidez se apoderaba de ambos, sentía como los rozaba y luego volvía a
juntarlos haciendo una presión delicada.
Se separó de mí para
analizarme con ternura. No hallábamos las palabras para explicarlo, solo un
beso, nuevamente, lo haría.
Ahora con más
confianza, sentí como la presión que hacía en mi cuerpo iba aumentando. Mis
brazos reptaron con tranquilidad hasta su cuello y así lo atraparon para poder
aumentar la intensidad del beso.
Sinceramente, me encantaba, me enloquecía poder devorar sus labios luego de haberlo querido durante mi estabilidad en la casa, o sea, hace muy poco.
Sinceramente, me encantaba, me enloquecía poder devorar sus labios luego de haberlo querido durante mi estabilidad en la casa, o sea, hace muy poco.
Wow woow wow No inventes que te fumas??? todos tus capítulos están geniales te mereces el premio novel de la literatura ....
ResponderEliminarMe parece que aquí ahí gato encerrado tendré que descubrirlo en el próximo cap ¬¬ Chan Chan CHAN CHAN :D