jueves, 5 de julio de 2012

Capitulo 2.


El chico estuvo bastante rato observándome y a menudo se pasaba las manos por su cabello, pero pude notar su expresión de consternación al no lograr recordarme.


- Yo lo siento -dijo pasando una mano por su perfecto rostro- realmente no te logro recordar.


- No hay problema, debí suponerlo, de hecho lo supuse, pero mi madre no prestó atención.


- John, ¿quien llamaba a la puerta?
-preguntó un chico de pelo lacio pero este tenía unos hermosos ojos Marrones.


-Nayeli, Nayeli Meyer
-dijo indicándome, yo lo miré y el chico se quedó observándome.


-¿Nayeli?
 -Una sonrisa apareció en mi rostro, casi automáticamente y me levante del sillón- John, es Nayeli -dijo feliz y me abrazó.


-Por dios, realmente no la recuerdo
-emitió algo desesperado.


-Tranquilo, supongo que fueron muchos años sin vernos.


-¿y tu mamá?
 -me preguntó George, sí el chico de ojos marrones.


-En Europa, me envió acá porque no tenía donde ni con quien quedarme.


-Hizo bien al enviarte con nosotros
-sonrió cálidamente- estoy realmente feliz de tenerte aquí, hace tiempo que no venias. Iré a prepararte una habitación.


-Muchas gracias
 -sonreí y el chico se retiró de la sala.


-¿Hace cuanto no nos veíamos?


-Díez años -dije mientras lo miraba fijamente a los ojos.


-Realmente no recuerdo nada
-a esas palabras las acompañaban los movimientos que hacía con sus manos.


-No te preocupes, creo que tengo muy buena memoria - me encogí de hombros.


-Pero George... George te recordaba


-El es mayor, nosotros teníamos seis años, él once
 -suspiré - ¿Y Paul?


-No despierta con nada, mañana lo verás
-al terminar dio un bostezo, sí, me lo contagió, siempre es así.


-Ve a seguir durmiendo
-sonreí.


-No, estoy bien.


-Enserio, puedo quedarme sola, supongo que no me pasara nada, de hecho creo que es más peligroso quedarme contigo
-pude notar el tierno rubor en sus mejillas y solté una pequeña risita- era una broma.


-Este, es mejor que suba
-dijo nervioso- buenas noches.


-Buenas noches.


Debo admitirlo, por más que sea mi primo está muy distinto, bueno sabia que estaría diferente, pero no era como me lo imaginaba, es perfecto. Pero él ni siquiera me recuerda, nada de nada. En ese preciso momento llegó George y me dijo que lo acompañará, a lo cual obedecí de inmediato. El tomó mi equipaje y lo subió por las escaleras mientras yo lo seguía. Había bastantes habitaciones, pero tuve que llegar a la última.


-Aquí es
-dijo abriendo la puerta para que entráramos, la luz ya estaba encendida- afuera está el baño y la habitación de John.


-Ok, muchas gracias, George
-dije observando la habitación.


-Buenas noches.


-Hasta mañana
 -sentí como se cerró la puerta atrás de mí y me tiré sobre la cama.



Era verdaderamente cómoda, miré hacia el techo y habían nubes, sí eran pintadas. Suspiré profundamente y me levanté para ponerme pijama, mi favorito, shorts grises y una polera de tiritas verde. Antes de acostarme decidí que era mejor ir al baño para no despertar e interrumpir mi sueño luego. Abrí con cuidado la puerta de mi habitación y luego abrí la puerta que se encontraba a la izquierda. Luz encendida, y un chico con un montón de hojas en el suelo.


-Lo siento
-dije al ver a John.


-El baño está al frente
-dio una perfecta sonrisa.


-Perdón, pero ¿Qué haces?


-Canciones


-¿compones?
-afirmo con la cabeza.- Bueno, te dejo.


Salí lo más rápido de la habitación que olía realmente bien, debe haber sido el perfume de John. Entré al baño, cepillé mis dientes y volví a la cama, no tardé mucho en dormirme, menos con la melodiosa voz de mi primo de fondo.


[...]

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