domingo, 2 de diciembre de 2012

Capitulo 28.


La chica entreabrió sus labios y comenzó a sacudir suavemente la cabeza para luego salir corriendo.

John me miró algo desesperado y salió corriendo atrás de ella. Me senté en la orilla del acolchado. Algo confundida suspiré y me levanté para bajar donde se suponía estarían todos. Cuando bajé las interminables escaleras noté que la puerta principal estaba abierta y decidí seguir mi camino por ahí.

Di unos pasos para poder apreciar la escena más cerca. Winston sujetaba a Anna por los hombros y la miraba directo a los ojos y movía rápidamente la boca. La chica notó mi presencia y volteó su rostro hacia mí para luego volver su mirada a John, al cual abrazó fuertemente para luego desaparecer del lugar. John caminó rápidamente hacía mí y me abrazó fuertemente.

Nos están esperando susurró sobre mis labios sin dejar de mirarnos.

Posó sus dulces labios sobre los míos haciendo una leve presión, sonrió y entrelazó sus dedos con los míos para luego dirigirnos hacia el patio. Me detuve en seco antes de que pudieran vernos a través de los cristales. John me miró algo confundido.

¿Te sientes bien?

sí, pero…—miré nuestras manos un par de segundos.

Tarde o temprano tendrán que enterarse, más si estas embarazada acarició mi mejilla.

Acabo de llegar y ya no querrán verme nunca más suspiré

Al menos me iré junto a ti besó mi frente y caminó hacia el gran ventanal sosteniendo aún mi mano.

Sentí todas las miradas sobre nosotros. La expresión de Leah  era claramente de confusión y las de Paul y George de sorpresa. Mi mamá mordía su labio inferior, nerviosa, mientras observaba el rostro de mi tío

Trae un vaso con agua, por favor oí la voz de mi madre.

No entiendo como no me di cuenta, no lo entiendo

Mamá, es que la idea era que no lo notaran… no salió del todo bien.

¿Cuándo pensabas decirnos? dijo Leah en un tono notablemente afligido.

Iba a decírselos ahora, lo del embarazo

Poco a poco fui abriendo los ojos y la luz de la habitación me molestaba, miré hacia donde supuse que estaría John y Leah. Se encontraban abrazados.

Hija, al fin mi mamá puso sus manos en mis mejillas— me asuste tanto, el médico está por llegar.

¿Ah?genial, no sabía que sucedía.

Te desmayaste, princesa Sentí la cálida mano de mi amado sobre mi hombro.

necesito —la habitación daba algunas vueltas a mí alrededor.

John, tómala y llévala al baño.

En un par de segundos estaba con mi mamá encerrada en el baño, eliminando lo poco que tenía en el estómago.

John ya les dijo soltó mientras me acariciaba mi espalda

¿Cómo se lo tomaron?

Realmente están sorprendidos, sobre todo Leah, pero se lo tomaron bastante bien, saben que ustedes se quieren.

Que bueno, ya veía que no me dejaban estar cerca de John o algo así.

John jamás te dejaría sola, deberías saberlo sonreí automáticamente.

Era cierto, John jamás me dejaría sola, menos en una situación así, no sé como llegue a pensar que sí lo haría, que no creería que estaba esperando un hijo o que ese hijo no era de él. John me quería, me lo había dicho muchas veces y debía tenerlo claro. Golpearon la puerta mientras me lavaba el rostro. Era él, mi príncipe azul.

-¿Cómo estás?preguntó mientras mi progenitora abandonaba el lugar.

—Mejor, supongo— besó mi frente— ¿por qué llamaron a un médico?

—No sabían de tu estado cuando lo hicieron—se encogió de hombros.

—Pensé que reaccionarían mal suspiré.

—Paul  es el más feliz con la idea de tener un sobrino —sonrió

—también será…

—Su primo en segundo grado…—farfulló

—John…

—No, Nayeli… no seremos primos ahora, no nosotros dos, no existirá relación familiar alguna para nosotros ¿sí?

Está bien, pero Paul

—Paul da igual, seguirá siendo feliz mientras tenga a quien sacar a pasear o hacer cosquillas —sonreí al imaginar a Paul jugando con un pequeño de perfectas facciones.

—Te amo —Me estrechó entre sus fuertes brazos y besó mi frente. Era increíble la seguridad que sentía estando entre sus brazos o son el simple hecho de que estuviera presente en el mismo lugar que yo. Él me da la seguridad que no tengo, la protección que siempre había necesitado sentir. Nayeli, te quedarás aquí ¿verdad? -¿Qué le diría? Mamá no querría dejarme sola en este estado y la verdad es que no estaba dispuesta a separarme de John nuevamente, ni por un minuto.

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